Su celda es impenetrable, tanto como su mente.
viernes, 2 de noviembre de 2007
Abimael y su Sendero
Su celda es impenetrable, tanto como su mente.
EPIC 2015: El fin de los medios de comunicación?
Siempre nos han dicho: Los medios de comunicación son mediadores entre la sociedad civil y sus gobernantes. Pero hoy el internet y sus grandes inventos nos proporcionan otra forma de ver el mundo. Ahora el público no se conforma con lo que le dan los medios, cada uno tiene sus propios intereses, y todo lo encuentran en la red. Dispuesto y al alcance de sus necesidades.
En Epic 2015 nos llevan hacia un futuro catastrófico de los medios y ponen al diario norteamericano más importante como el New York Times, que es solventado por publicidad como la primera víctima de la vorágine de información personalizada que proporciona internet.
Hay demasiada informacion en los medios, información que no se ajusta a las necesidades de cada individuo. El Epic (Construcción de Información Personalizada en Evolución) se plantea como la única solución a todo ese caos informativo, pues toda la información se filtraría, ordenaría y se distribuiría a cada individuo evitandole tener que leer, ver y oir sobre temas que no le importan. Con lo cual el imperio del medio actual se terminaría, la gente no necesitaría la televisión ni los medios impresos. La era del papel terminaría.
Una visión extremista pero basada en los acontecimientos del hoy. Puede ser una buena predicción sin embargo durante todo este tiempo la historia también ha demostrado que en cuanto aparecen nuevos canales de comunicación los ya existentes no desaparecen, por el contrario se fortalecen y se complementan con las nuevas tecnologías.
miércoles, 31 de octubre de 2007
Soliloquio del Calzado
Observar un par de zapatos, indispensables en el vestuario de todo ser humano, es la manera más autética de conocer a las personas; ya lo dijo el gran fotógrafo Robert Capa «La pobreza se ve en los zapatos de los hombres».
En mi caso debo confesar que los clásicos siempre me han perseguido y esque el negro es el color de todos mis zapatos y aunque en ciertas ocasiones me han llamado la atención otros colores ellos siempre han formado parte de mi utilería.
Y si de zapatillas se trata, siempre blancas, con franjas o rayas de otro color; pero siempre blancas. Yesque el blanco y el negro siempre tendrán en mi esa perfecta comunión y equilibrio, cada uno como elementos absolutos son perfectos en su relatividad.
Talvez pienses : Pero al fin, ¿a quien le importan los zapatos? son zapatos y ya.
Solo recuerda que hasta la cosa más pequeña es importante para tener una visión general del todo y tú eres el todo formado por varias partes, todas deben combinar correctamente para que tú puedas funcionar.
Y los zapatos forman parte de ti y reflejan cómo eres por dentro. Si demuestras lo importante que son ellos en tu vida, entonces todos sabrán lo importante que es lo demás en ti.
Por Ver Televisión
Todo comenzó con una niña desobediente (era yo). Mi mamá extrañamente aquel día me espero en casa, hasta las tres de la tarde - hora en que llegaba del colegio- dando inicio así al fatídico lunes donde todas las cosas me salieron como de viernes 13.
La llave que mi mamá tenía de la casa, se había quebrado; por eso, ella me estuvo esperando aún cuando a esa hora ya tenía que haber estado en su trabajo.
Me pidió mi llave y me dijo:
«Liz, por favor te quedas cuidando la casa y vigilando a Pitufresa (mi perrita). Recuerda que ayer compramos seis pollitos y no queremos que la perrita se los coma"
Yo asentí con la cabeza y le dije sí mami, no hay problema. Y ella se fue a su trabajo.
Todo estaba muy tranquilo, luego de comer mi delicioso almuerzo y haber hecho mi tarea me dispuse a descansar.
Como cada día me cambié y me dispuse a ver la televisión; pero como en esa época en mi casa no teníamos televisor y mis primos que vivían a un par de casas cerca de la mía si, decidí ir con ellos a ver los dibujos animados.
Pero había un pequeño gran problema; y es que mi mamá había serrado la puerta de mi casa con llave y yo no tenía cómo salir.
Por fortuna, recordé las clases diarias de alpinismo del mayor de mis primos Steiner, que en su casa siempre mostraba a todo los primos pequeños.
Pero cuando estaba en el techo de mi casa. Y digo techo, no azotea, porque era de un solo piso. Recordé a los pollitos, los miré y vi a Pitufresa durmiendo en su casa, muy lejos de ellos y de la cerca que mi mamá había hecho para ellos.
Así que me dije «No pasa nada» «Vamos»
Bajé cuidadosamente por la puerta del costado de mi casa y sosteniéndome de los fierritos quedé fuera de ella.
Ahora sí ¡A ver televisión¡ seguro ya está dando Candy Uhhhhhhhh…………..
Y me fui a casa de mis primos; allí tenía que permanecer sólo hasta las seis de la tarde como máximo, porque mi mama salía de su trabajo a esa hora.
El reloj marcó 5 y 45 y mi tia Flor llegó, y me preguntó ¿Liz, te quedas a cenar? A lo que respondí : No tía gracias, mi mamá llega en cualquier momento y me tiene que encontrar en mi casa.
Pero no hay ningún problema hijita, quédate y yo te llevo, juntas le explicamos a tu mamá el porqué de tu demora. Y me convenció así que a las seis y media luego de la cena fui con ella a mi casa.
La luz estaba prendida, pero mi panorama no era nada claro, al contrario se veía muy oscuro. Tocamos la puerta y mi mamá salió y me preguntó donde había estado: Yo le dije que con mi tía en su casa. Mmmmm , Pasa. Me respondió.
Mi tía que había estado afuera le dijo Julio, ha estado en mi casa. Ya, ya Flor, no te preocupes otro día hablamos. Fue la explicación más corta de la tarde.
Ya en el interior de casa, me esperaba una gran Zurra, y mientras se llevaba a cabo mi mamá me iba diciendo todo lo que le había pasado a los pollitos.
Pitufresa, se los había comido; y no solo eso sino que había desparramado por todo el patio, pedazos de alitas, patitas, cabecitas y toda las partes de los politos. Ni uno solo había logrado escapar y por supuesto la culpable que no cuidó a los pollitos dijo que sí lo haría, estaba pagando las consecuencias de sus acciones.
Huy ¡Baya que fue una buena zurra¡
Claro que hoy meditando lo sucedido cuando estaba en el techo viendo a los pollitos podía haber bajado, guardado a los politos en su cajita y los hubiera puesto dentro de la casa y nada hubiera ocurrido.
Pero como todo niño, en ese momento no pensé en las consecuencias, pensé en ellas cuando ya todo había pasado.
Aprendí la lección, «Todo niño desobediente, siempre recibe su castigo» Así que desde esa época en adelante traté de no serlo tanto.
…»La próxima vez, guardaré bien la evidencia, para no ser descubierta»…… Jajaja¡¡